El lunes fue un día extraño.
Duro.
Triste.
Enriquecedor.
Uno de esos días en los que el cerebro te funciona al triple de su intensidad habitual.
Aprendí más que en un año de carrera.
Emoción.
Expresión.
Luz difusa.
Voces que se quiebran.
Me cuesta tragar saliva.
Los ojos amenazan con inundarse.
Evito que la lágrima ruede.
Estás aquí como sostén.
¿Vas a derrumbarte?
No me jodas.
Reflexiona en silencio.
Aprieta los dientes.
Y compórtate como un hombre.
El problema es que aún soy un crío.
No somos conscientes de lo espantosamente frágil que es la vida humana.
PD: Disfrutad de los vuestros, por favor.
Buen poema!!
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias, Toñi. Ya veo que te has hecho Twitter, también te sigo.
ResponderEliminarCuidate, poetisa ;)