-Dime, hombre enigmático, ¿a quién prefieres? ¿A tu padre, a tu madre, a tu hermana o a tu hermano?
-No tengo padre, ni madre, ni hermana ni hermano.
-¿A tus amigos?
-Empleáis una palabra cuyo sentido me es hasta hoy desconocido.
-¿A tu patria?
-Ignoro bajo qué latitud se encuentra.
-¿A la belleza?
-Gustoso la amaría, diosa e inmortal.
-¿Al oro?
-Lo odio, como vosotros odiáis a Dios.
-¿Qué es, entonces, lo que amas, extraordinario extranjero?
-Amo las nubes... las nubes que pasan... allá lejos... ¡las maravillosas nubes!
Extraído de su obra "Pequeños poemas en prosa".
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