domingo, 6 de marzo de 2011

Todo esto tiene cabida en una noche de invierno

Contaminación, muy por encima de los niveles permitidos.
Picor de garganta y moqueo.
Estornudos.
Piernas inquietas.
Wonka suspira en sueños.
Malos presagios últimamente.
Quizás todo marcha demasiado bien.
El saldo del móvil: inferior a dos euros.
Relatos amontonados en el disco duro y sobre el escritorio.
Un tazón de cereales con leche helada.
Los radiadores agobian.
Las estrellas siguen sin iluminar este cielo.
Material suficiente como para aguantar despierto hasta que amanezca.
“Extraños en un tren”, de Patricia Highsmith.
Un ejemplar de la revista “Quimera” (mayo de 2010).
STC 139/2007, sentencia del Tribunal Constitucional.
Sangre fácil”, de los Coen.
Y un par de documentales que aún no he visto.

Ella.
La perfección de un ángel de ojos enormes.
Apareció de improviso y me salvó.
De mí mismo, del resto del mundo.
He descubierto que soy capaz de enamorarme.
¿Quién lo iba a decir?
Sonrío.

¿Soy feliz?
Vuelvo a sonreír.
(Aunque tenga miedo).


Nota:
Eh, sigo aquí.
¿Sigues ahí?

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