viernes, 6 de abril de 2012

Una serenata virulenta

Pues eso, aquí os dejo un poema de Arthur Rimbaud.

MIS PEQUEÑAS ENAMORADAS

Un hidrolato lacrimal lava
Los cielos verde-col:
Bajo el árbol retoñador que babea,
Vuestros cauchos

Blancos de lunas peculiares
En redondos montones,
Entrechocad vuestras rodillas,
¡Feúchas mías!

Nos amábamos en esa época,
¡Feúcha azul!
Comíamos huevos pasados por agua
¡Y alpiste!

Una noche, tú me consagraste poeta,
Feúcha rubia:
Agáchate aquí, que te azote
En mi regazo;

He vomitado tu gomina,
Feúcha negra;
Cortarías mi mandolina
Con el filo de tu frente.

¡Puah! mis salivas resecas,
Feúcha roja,
Infectan aún las zanjas
¡De tu seno redondo!

Oh, mis pequeñas enamoradas,
¡Cuánto os odio!
Sujetad con dolorosos trapos
¡Vuestras feas tetas!

Pisotead mis viejas conservas
De sentimiento;
-¡Hale hop! Sed mis bailarinas
Por un instante...

Vuestros omóplatos se dislocan,
¡Oh amores míos!
Con una estrella en esos lomos que renquean,
¡Danzad vuestras danzas!

Y es para estas paletillas de cordero
¡Para las que rimé!
Quisiera partiros las caderas
¡De haberlas amado!

Insulso enjambre de frustradas estrellas,
¡Llenad las esquinas!
-Reventaréis en Dios, cacerolas
¡De innobles atenciones!

Bajo las lunas peculiares
En redondos montones,
Entrechocad vuestras rodillas,
¡Feúchas mías!

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